domingo, 9 de octubre de 2016

Diálogos poéticos, un encuentro entre letras y fotografía.


         "Llegamos al poema con una caudal de imágenes, esa arborescencia que nos convoca a contruir nuestros lenguajes. Es la fotografía de Laura Rivera una trama hecha de luz y de instantes, que nos contiene y alienta a dialogar en lo abierto"

                                                                                Beatriz Fiotto y Victoria Fabre




           El libro Diálogos Poéticos  de Editorial Elipsis, prologado por la poeta argentina Claudia Masin, fue presentado en la ciudad de Rosario, Argentina, el 1 de octubre de 2016 en la Biblioteca Popular Roberto Fontanarrosa. Un acercamiento al contenido desde la imagen y el poema.



Foto. Laura Rivera

PEZ PIEDRA AGUA

El río silencioso,
borra el pasado. No cuenta su historia
de peces inquietos. Apenas murmura
un canto monótono
que guarda sus secretos.
En la tensa superficie del agua
estalla la piedra plana,
su caer apagado, sentencioso
pronuncia un instante que no queda.
La piedra cae.
Y ya no tiene recorrido,
no avanza, la gravedad la reclama, irrumpe
su dura nada que la corriente gasta.
La mirada en el pez, la piedra, el agua.
Sustraída, retenida en fuga.
Afuera, afuera.
De la piel para afuera.
cerca o lejos,
otras superficies que contienen,
que palpan.
Otra forma a la forma dada.
Pez, piedra, agua.

Beatriz Fiotto

Foto. Laura Rivera


EL OMBLIGO DEL SUEÑO

En los veranos de la infancia
nace un calor temeroso y creyente.
La niña aprende a rezar.
Hay una santa que dibuja los sueños,
cabalga en su pupila a noche abierta.
Sobre el mármol firme de la mesa,
criatura sostenida en la madre,
alza los brazos para bajar la luna,
robar la perfección de las esferas.
Como un dije al borde del escote,
roto el cordón, cae la luna.
Se abre el hueco al que desagua
la lágrima del sexo y deja
en líneas verdes su velo
la Virgen de metal.
La escena se desarma.
Todo se resume en un color
que atiza el pecho
hasta llegar al borde,
y despertar, cuando la niña
ve en granate,
los ojos de Lucía*.

Victoria Fabre

……………………………………
*Cuentan las leyendas medievales, que Santa Lucía, Patrona de la vista, aún luego de su martirio en la
Persecución de Dioclesiano, siguió viendo.



Encontraran  más información sobre el libro y el trabajo compartido en  nuestros  blog personales

Los espejos de Atenea de Beatriz Fiotto     http://losespejosdeatenea.blogspot.com.ar/

En el agua del tiempo de Laura Rivera  http://enelaguadeltiempo.blogspot.com.ar/




lunes, 8 de febrero de 2016

EL OMBLIGO DEL SUEÑO

Uma y el globo. Laura Vichi


EL OMBLIGO DEL SUEÑO

En los veranos de la infancia
nace un calor temeroso y creyente.
La niña aprende a rezar.
Hay una santa que dibuja los sueños,
cabalga en su pupila a noche abierta.
Sobre el mármol firme de la mesa,
criatura sostenida en la madre,
alza los brazos para bajar la luna
o robar la perfección de las esferas.
Como un dije al borde de un escote,
roto el cordón, cae la luna.
Se abre el hueco al que desagua
la lágrima del sexo y deja
en líneas verdes su velo
la Virgen de metal.
La escena se desarma.
Todo se resume en un color
que atiza el pecho
hasta llegar al borde,
despertar, cuándo la niña
ve en granate,
los ojos de Lucia.

María Victoria Fabre



Notas

Santa Lucía , nació en Siracusa, Sicilia y vivió entre 283 y 304.Venerada en la Iglesia católica, ortodoxa y luterana, fue  una mártir cristiana, víctima durante la Persecución de Diocleciano: Los soldados quisieron tomarla por la fuerza, pero pese a su cantidad no pudieron con ella, la joven permaneció rígida como una gran piedra. Pascacio al enterarse de lo sucedido, la acusó de brujería y la mandó a la hoguera, pero el fuego no le hizo daño  Al ver esto, ordenó  que le sacaran los ojos, pero a pesar de estar ciega siguió viendo. Pascasio, enfurecido, la condenó a ser decapitada.

                                                                 (Referido en La leyenda dorada,  de Santiago de Vorágine)
  


“Aún en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces, ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta lo no conocido"
                  
                                                                   (En La interpretación de los sueños, Freud 1900)