sábado, 30 de agosto de 2014

Käthe Kollwitz: “La semilla de maíz no debe ser molida”




"Pietá, madre, y entre sus rodillas la vida  como su hijo a la muerte
derramándose  desde el cielo de
una guerra mas”
Muriel Rukeyser  

     En Käthe Kollwitz el arte es compromiso social.
Nacida en Alemania en 1867 su vida atraviesa dos guerras mundiales. Con distintos lenguajes: dibujos, grabados,escultura,  litografías, escayolas, xilografías o carteles, denuncia el  horror ante la violencia y el sufrimiento que trae la guerra.  Proyecta su vivencia personal, marcada por el dolor al perder a uno de sus hijos, Peter y más tarde a  su nieto en el frente de batalla.     
    El famoso cartel con la leyenda Nie Wieder Krieg, "Nunca más la guerra" de 1924  fue el lema de las concentraciones de masas, que cada año a principios de agosto celebraron las organizaciones pacifistas y donde muestra su notable conocimiento de los medios de impresión y del grabado.
       En 1936 la Gestapo la arrestó junto a su esposo y bajo la amenaza de  enviarlos a un campo de concentración, pensaron en suicidarse. Finalmente se les concedió salir de Berlín.. En 1840 murìò su esposo y perdìò a su nieto en combate. Con su casa arrasada, desaparecieron importantes documentos y dibujos. Käthe Kollwitz  murió días antes del final de la Segunda Guerra Mundial, bajo la proteccciòn del Príncipe Ernesto Enrique de Sajonia.
       El mensaje de Käthe Kollwitz sigue vigente:  "Guardad los niños" expresado en palabras y en imágenes. Un mensaje que aún no alcanza.

         
                                                            La Pietá de Kollwitz

       En 1968 Muriel Rukeyser  escribe un poema para  Käthe Kollwitz, con  él recorre su obra señalando la  fuerte marca proyectiva. Numerosos autorretratos revelan su carácter y extraordinaria habilidad técnica.



V- Autorretrato.

Boca mirándote directamente
Ojos mirándote  directamente
desde adentro
mitad luz      mitad sombra
mujer, fuerte,  alemana, joven artista
fluye en
ancha boca sensual que medita
mirandote  rectamente
ojos ensombrecidos con valiente mano
mirándote profundamente
fluye en
valiente boca herida
dolidos ojos encapuchados
viva, alemana, en su primera guerra
fluye en
la cara gastada
una madeja de línea
que cavila , fluye en
madres entre tumbas de guerra
 encorvadas sobre la muerte
cara  al padre
empecinado sobre el campo
fluye en                                                                                
las huellas de su conocimiento
Nie Wieder Krieg
repetido en los ojos
Fluye en
“La semilla de maíz no debe ser molida”
y la mejilla surcada
labios trazados finos
el profundo trazo de la pena
cara de nuestro tiempo
Fluye en
Pietá, madre, y
entre sus rodillas
la vida como su hijo a la muerte
derramándose desde el cielo de
una guerra mas
fluye en
la cara casi borrada
mano sobre la boca para siempre
mano sobre su ojo ahora
el gran ojo
cerrado.

Muriel Rukeyser,   traducción de Diana Bellesi

En  “Seis Poetas Norteamericanas “Contesta.Baila mi danza. Selección, traducción y notas Diana Bellesi. Ediciones Ultimo Reino.


                                              Un recorrido por la obra de  Käthe Kollwitz                         
                                 

1 comentario:

  1. qué contundentes sus imágenes, qué claridad en la idea que no se dispersa. Impresionante.

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