lunes, 19 de mayo de 2014

No matarás. Sobre el film de Krzysztof Kieslowski .

                                                           Representación de Caín conduciendo a Abel a la muerte,
                                                                                        por James Tissot

       


       Un grupo de niños huye.
       Un gato ahorcado pende sobre una soga. Caen sus últimos desechos sobre el piso

                          
      En un bar de  Varsovia, un día Feliz para Piotr Balicki. Su tesis para la carrera jurídica está aprobada. Lleno de ideales dirá: “Hay momentos en los que todo parece posible, camino abierto y libre voluntad” 
      Frente a  él un desconocido, el  joven Jaceck.  Sus gestos auguran  los actos por venir. Bajo la mesa corta y retuerce una soga, nervioso, expectante.
      Había vagado por la ciudad hasta a una puerta de circulación de taxis. Waldemar,  estacionado en la puerta, rechazó a varios pasajeros, unos molestos por el frío, otros apurados por llegar. Tomó sin dudas el camino que Jacek le pidió al salir del bar.
       Es una ruta alejada Jacek  usó  la cuerda para ahorcarlo. No fue suficiente. Fue necesario golpearlo uno y otra vez con el rostro tapado para no verlo. El espejo del otro remite a la propia imagen.
        Jacek llora en el taxi. Había matado por él.

       Llevarse el  auto y viajar, escaparse a la montaña parecía una salida, pero su crimen fue descubierto.
       Todo código legisla, no mataràs, como precepto dado al creyente, como ley impuesta al ciudadano. Sin embargo cada código, cada particular código de cada pueblo o nación dictamina el rigor de la pena.  La pena de muerte reproduce tras los siglos la esencia de la ley del  Talión “Ojo por ojo, diente por diente”
       Supone una justicia capaz de certeza.
       Supone la deshumanización del criminal para justificar su muerte.
       Desde una perspectiva moral su aplicación responde a una convención establecida por la justicia como institución para el grupo sobre el que se ejerce poder.Sin embargo ¿Es ético reproducir bajo el amparo del código penal el acto por el que se juzga al condenado? Por sobre el horizonte imaginario que trazan las leyes convenidas existe una dimensión ética que convoca a  reconocer en el asesino un semejante. Balicki realizo su defensa colocando todo el potencial de su técnica y el compromiso de su humanidad. Como abogado de oficio los hechos lo reúnen con este hombre que vio en el bar.
        El fallo es inapelable. Balicki se interroga sobre si otro abogado hubiera podido salvarlo.
Si defensa no es solo  una prueba de actuación, la primera. Su defensa es un acto ético que dignifica su praxis.
        Se actuará  de acuerdo a ley.
       Desde la ventana Balicki ve a Jacek rumbo a su  celda,  lo mira y lo nombra. Jacek  pide hablar con su abogado,  último espacio de reconocimiento. Le cuenta su historia, la culpa con la que carga por la muerte de su hermana en un accidente, la huida de su aldea, su deseo de ser enterrado junto al padre. Una historia que no puede justificar su acto pero alude a su humanidad.
        La hora de la ejecución está estipulada, el escenario preparado. El rito prefijado supone la lectura del código y la orden de ejecución.  No hay lugar para la angustia para quien a esa letra se remita.
        Como en el inicio el ahorcado, ahora un hombre, pende de la soga y pierde sus últimos desechos sobre el piso.
        Pieter Balicki llora la imposibilidad de salvar a un semejante.


viernes, 16 de mayo de 2014

¿Cuanto pesa el alma? El mito de Eros y Psique.

Eros y Psique. Antonio Canova


   ¿Cuánto pesa el alma? La película “21 gramos” trae en su título la referencia a un experimento de poco rigor científico pero relevante frente a una pregunta universal. Trabajando con moribundos el Dr. Duncan Mac Dougal realizó pesajes y encontró tras diferencias mínimas esa cifra, como un resto que escapa, tal vez a la muerte, en el instante mismo de morir.

   Antes que la ciencia, el mito y la Filosofía realizan sus indagaciones sobre el alma. El arte y la literatura traen su reflejo. Las experiencias límite del hombre lo enfrentan con su finitud y la responsabilidad sobre la propia vida, sobre sus actos, sobre su deseo. Muchas veces estas preguntas impulsan el devenir creador del artista.


    En griego el verbo ψύχω, psycho, significa «soplar». El sustantivo ψυχή alude inicialmente al soplo, hálito o aliento que exhala el hombre al morir En tanto permanece en el individuo hasta su muerte, ψυχή también significa vida. Cuenta Homero que la psyché sale volando de la boca del que muere como si fuera una mariposa, a las que llamaban con el mismo nombre. Los antiguos griegos decían cuando la psique escapa del cadáver comienza a llevar una existencia autónoma, sobrevive en el Hades como un doble del difunto.

   Para Platón el alma nos antecede, preexiste en el mundo de las ideas, afirmando un dualismo cuerpo y alma, entre lo sensible y lo ideal, abre las vías para pensar un alma inmortal y la existencia de ideas innatas.

Según Aristóteles en su Tratado del Alma, Peri psiche “El alma es una forma del cuerpo viviente y no una sustancia separada de la materia”. En sus preguntas se encuentra el origen de la Psicología, la que entrando de la mano de Wundt en el modelo de las ciencias experimentales, es heredera de la Filosofía, condición que conviene no olvidar a riesgo de perder su dimensión más profunda.  


   Pero en el principio el mito y su referencia al encuentro entre Eros y Psique, relatado por Apuleyo en su Metamorfosis:
  Psique era la menor y más hermosa de las tres hijas del rey de Anatolia. Su belleza causaba tanta admiración que Afrodita, ofendida porque una mortal obtuviera tantos favores, envió a su hijo Eros para que lanzándole una flecha,  la obligue a enamorarse del hombre más horrible que pudiera encontrar. Eros no pudo cumplir la tarea ya que se enamoró de ella y arrojó la flecha al mar. Cuando Psique se durmió, la llevó en vuelo hasta su palacio para amarla a escondidas de su madre

   Eros llegaba por las noches, impidiendo cualquier pregunta sobre su identidad. Solo por un tiempo Psique pudo contener su curiosidad; tentada por sus envidiosas hermanas, quiso saber si su misterioso y tierno amante era bello o monstruoso. En mitad de la noche encendió una lámpara para observar al amado. Una gota de aceite hirviendo cayó sobre la bellísima cara de Eros dormido, quien al despertarse con la más terrible decepción la abandonó.

   Triste y arrepentida Psique le suplicó a Afrodita que le devuelva el amor de Eros, pero la diosa, rencorosa, puso como condición para recuperarlo que realice una serie de tareas abrumadoras para una mortal. Ya que el sufrimiento de su hijo había sido devastador, Afrodita perdió parte de su belleza y por ello conminó a Psique para que llegue hasta el Hades, morada de Perséfone, para pedirle un poco de la belleza a esa diosa y así recuperarla.

     Psique desesperada corrió hasta una torre pensando que el camino más corto al inframundo era la muerte. Una voz la detuvo en el último momento y le indicó otra ruta que le permitiría entrar y regresar con vida. Le dijo además cómo sortear al perro Cerbero y viajar con el barquero Caronte afrontando los peligros del camino. Psique apaciguó a Cerbero con un pastel de cebada y pagó a Caronte un óbolo para que le llevase al Hades.
 Allí Perséfone aceptó el pedido y le entregó parte de su belleza para que se la ofrendara a Afrodita. Psique logró su cometido y salió del inframundo. Abrió la caja para tomar un poco de la belleza para sí misma, con la ilusión de retener para siempre a Eros. Pero él ya la había perdonado,  llegó volando hasta su cuerpo para volver a amarla. Con el permiso de Zeus pudieron casarse y amarse eternamente ya que el dios le concedió a Psique la inmortalidad.


    Quiere el mito que el alma y el amor sobrevivan.  Trae la poesía la metáfora de aquello a lo que el hombre aspira, aquello que como acontecimiento sana y se extiende en una continuidad en lo simbólico, deseo de sortear la finitud.


La tierra giró para acercarnos

La tierra giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a menos mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.



Del poeta Eugenio Montejo, mencionado en el film
“21 gramos " de Alejandro González Iñárritu "



Bibliografìa.

- "Antonio Canova: Eros y Psique" en http://analisisycomentario.blogspot.com.ar/
- Freiria, Jorge. "La aventura del saber psicológico"
- Zulle, Adriana, Zerba, Diego. " Psiche del mito a la ciencia."
- “21 gramos “ film de Alejandro González Iñárritu "